27 de junio




"27 de junio", el día en que mi vida cambió para siempre. Un día que comenzó como cualquier otro, pero que terminó siendo el más inolvidable de mi existencia.
Recuerdo que me desperté temprano, ansiosa por comenzar mi día. El sol brillaba intensamente y los pájaros cantaban alegremente. Preparé el desayuno y me senté a comer junto a mi familia, compartiendo risas y planes para el día.
Después de desayunar, me dirigí al parque con mi mejor amiga, Sofía. Nos columpiamos y reímos, disfrutando del hermoso día y de nuestra mutua compañía. El tiempo pasó volando y antes de darnos cuenta, era hora de ir a casa.
Cuando llegué a casa, mi madre me recibió con un semblante preocupado. Me dijo que había recibido una llamada del hospital: mi padre había tenido un accidente grave. El mundo se me vino encima. Sentí un nudo en el estómago y un dolor punzante en el corazón.
Corrimos al hospital, rogándole a Dios que mi padre estuviera bien. Al llegar, nos encontramos con que su estado era crítico. Los médicos hicieron todo lo posible, pero lamentablemente, no pudieron salvarlo.
Perder a mi padre fue el golpe más duro que he recibido nunca. Era mi héroe, mi mejor amigo, mi todo. El dolor era insoportable y sentí que mi mundo se derrumbaba a mi alrededor.
Los días siguientes fueron un borrón de tristeza y confusión. Me costaba creer que mi padre se había ido. Asistí a su funeral, rodeada de familiares y amigos que lloraban su pérdida junto a mí.
Poco a poco, con el apoyo de mi familia y amigos, comencé a aceptar lo que había sucedido. Aprendí a vivir con el dolor y a honrar la memoria de mi padre. Sé que siempre estará conmigo, en mi corazón y en mis recuerdos.
El día que perdí a mi padre fue el día en que mi vida cambió para siempre. Fue un día de dolor y pérdida, pero también un día de crecimiento y transformación. Aprendí el verdadero significado de la resiliencia y la importancia de apreciar los momentos que tenemos con nuestros seres queridos.
Hoy, 27 de junio, recuerdo a mi padre y honro su memoria. Sé que estaría orgulloso de la mujer en la que me he convertido, y que siempre estará conmigo, guiándome a través de la vida.