2 de octubre no se olvida




El 2 de octubre de 1968, la historia de México dio un trágico giro en la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco. Una manifestación estudiantil pacífica fue brutalmente reprimida por el gobierno, dejando un saldo de cientos de muertos y desaparecidos.

¿Por qué el 2 de octubre se convirtió en una fecha imborrable en la memoria colectiva de México? Porque evidenció la represión y el autoritarismo del Estado. Porque mostró el desprecio hacia las demandas legítimas de una sociedad que pedía libertad y democracia.

Desde entonces, cada 2 de octubre, miles de personas salen a las calles para recordar a las víctimas, exigir justicia y honrar su memoria. Es un día de luto y dolor, pero también de lucha y esperanza.

Porque 2 de octubre no se olvida, porque la impunidad sigue presente y porque la lucha por un México mejor continúa.
No podemos olvidar, porque olvidar es repetir. Recordar es luchar.

El 2 de octubre no se olvida porque es una herida abierta en la conciencia mexicana, un recordatorio constante de que la democracia no es un regalo, sino una conquista que se debe defender cada día.

Así, año tras año, el 2 de octubre sale a las calles el grito de "¡Justicia!" para las víctimas y "¡Nunca más!" a la represión. Es un grito que resuena en la historia, un grito que no se calla, un grito que nos recuerda que la memoria es nuestra arma más poderosa.

2 de octubre, una fecha que nos invita a reflexionar sobre nuestro pasado, nuestro presente y nuestro futuro. Un día para recordar a quienes lucharon por nuestras libertades, un día para honrar su sacrificio y un día para comprometerse con la construcción de una sociedad más justa y democrática.

¡2 de octubre no se olvida!