¡Alerta! Periodontitis: el enemigo silencioso que puede costarte tus dientes




¿Te sangran las encías al cepillarte los dientes? ¿Notas que tus dientes se mueven un poco? ¡Cuidado! Podrías estar sufriendo periodontitis, una enfermedad silenciosa que puede llevarte a perder tus preciados dientes.
La periodontitis es una infección bacteriana que ataca a los tejidos y el hueso que soportan los dientes. Es más común de lo que piensas: ¡afecta a más de la mitad de los adultos en el mundo! Y lo peor es que suele pasar desapercibida, ya que no siempre provoca dolor.
¿Cómo sé si tengo periodontitis?
Algunos síntomas que pueden alertarte de la periodontitis son:
  • Sangrado de encías al cepillarse o usar hilo dental
  • Encías enrojecidas, inflamadas o sensibles
  • Dientes flojos o que se mueven
  • Mal aliento persistente
  • Pus entre los dientes y las encías
¿Qué causa la periodontitis?
La periodontitis es causada por la acumulación de placa bacteriana en la línea de las encías. Si no eliminamos la placa regularmente mediante el cepillado y el uso de hilo dental, esta se endurece y forma sarro, que es más difícil de eliminar y puede irritar las encías.
¿Cómo se trata la periodontitis?
El tratamiento de la periodontitis depende de la gravedad de la infección. En las etapas tempranas, puede ser suficiente tartar y pulir los dientes para eliminar la placa y el sarro. Sin embargo, en casos más avanzados, puede ser necesario realizar una cirugía para limpiar profundamente las bolsas entre los dientes y las encías o incluso colocar injertos óseos o de tejidos blandos.
¿Cómo prevenir la periodontitis?
¡La prevención es siempre mejor que la cura! Mantener una buena higiene bucal es la mejor manera de prevenir la periodontitis:
  • Cepíllate los dientes dos veces al día con una pasta dental con flúor.
  • Usa hilo dental diariamente.
  • Visita a tu dentista regularmente para revisiones y limpiezas.
  • Evita el tabaco y los azúcares refinados.
¡No ignores las señales!
Si notas alguno de los síntomas de la periodontitis, no esperes a que sea demasiado tarde. Acude a tu dentista lo antes posible para un diagnóstico y tratamiento adecuados. Recuerda, ¡tus dientes son para toda la vida!