Alto de Moncalvillo




En el horizonte de La Rioja, se alza un coloso silencioso que vigila la tierra desde hace siglos: el Alto de Moncalvillo. Con sus 1.234 metros de altitud, es el guardián de infinidad de historias y un imán para los amantes de la naturaleza.

Yo, que soy un apasionado de las cumbres, no podía resistirme a su llamada. Así que un día de primavera, me calcé las botas y emprendí una ruta que me llevaría a su cima. A medida que ascendía, el paisaje se transformaba. Los campos de viñedos y olivares daban paso a encinares y robledales, que me envolvían con su aroma embriagador.

Mientras avanzaba, no pude evitar pensar en los romanos, que ya subían a Moncalvillo para rendir culto a sus dioses. También en los pastores, que durante siglos han pastoreado sus rebaños por estas laderas. Su historia está grabada en cada piedra y en cada sendero.

Tras horas de ascenso, alcancé la cima. El esfuerzo se vio recompensado con unas vistas que te dejan sin aliento. A mis pies, La Rioja se extendía como un tapiz multicolor, salpicado de pueblos, viñedos y bosques. Al norte, la sierra de Cantabria se alzaba majestuosa, como un dragón dormido.

En ese momento, sentí una paz profunda. El silencio solo era roto por el canto de los pájaros y el silbido del viento. Era como si el tiempo se hubiera detenido y solo existiera yo y el paisaje. Cerré los ojos y respiré profundamente, llenando mis pulmones del aire puro de la montaña.

Cuando abrí los ojos, me di cuenta de que no estaba solo. Junto a mí, un águila sobrevolaba las cumbres, con sus alas extendidas como si quisiera abrazar el infinito. Era un recordatorio de que estamos conectados con algo más grande, con la naturaleza y con el universo.

Bajé de la montaña con el corazón lleno de gratitud. La ruta al Alto de Moncalvillo no solo había sido un reto físico, sino también un viaje interior. Me había reconectado con la naturaleza, conmigo mismo y con mis raíces.

Si tienes la oportunidad de visitar La Rioja, no dudes en ascender al Alto de Moncalvillo. Es una experiencia que te dejará huella para siempre.