El arús es un fenómeno meteorológico que consiste en la formación de una nube de polvo o arena en suspensión en la atmósfera. Este fenómeno es común en zonas áridas y semiáridas, especialmente en verano.
Los arús se forman cuando el viento sopla con fuerza sobre un suelo seco y suelto, levantando partículas de polvo o arena. Estas partículas son transportadas por el viento y pueden alcanzar grandes alturas, formando una nube densa que puede oscurecer el cielo.
Los arús pueden tener un impacto negativo en la salud humana, ya que las partículas de polvo pueden irritar los ojos, la nariz y la garganta. También pueden provocar problemas respiratorios, especialmente en personas con asma u otros problemas pulmonares.
Además, los arús pueden reducir la visibilidad, lo que puede provocar accidentes de tráfico. También pueden dañar los cultivos y las infraestructuras, especialmente si son prolongados o intensos.
En zonas donde los arús son frecuentes, se suelen tomar medidas para mitigar sus efectos. Estas medidas incluyen la revegetación de zonas áridas, la construcción de barreras cortavientos y la aplicación de técnicas de conservación del suelo.