Imaginen un París de principios del siglo XX, un lugar donde el impresionismo y el realismo dominaban el panorama artístico. Luego, ¡pam! Llega un joven español llamado Pablo Picasso y lo cambia todo. Su obra maestra, Las señoritas de Avignon, provocó un escándalo absoluto, sacudiendo los cimientos del mundo del arte como un terremoto.
¿Qué tenía de tan revolucionario?París estaba en llamas. Los críticos se desgarraron en pedazos, acusando a Picasso de destruir el arte. El público estaba desconcertado y enfurecido. Pero Picasso se mantuvo firme, defendiendo su visión y desafiando las normas establecidas. Y, como siempre, el tiempo le dio la razón.
El legado de PicassoLas señoritas de Avignon marcó un punto de inflexión en el arte moderno. Abrió la puerta al cubismo, una nueva forma de representar el mundo que influyó en innumerables artistas y movimientos posteriores. Hoy, la obra maestra de Picasso sigue provocando y fascinando, un testimonio del poder transformador del arte.