El 23 de diciembre de 2024, el carguero ruso Ursa Major se hundió en el mar Mediterráneo tras una catastrófica explosión en la sala de máquinas. El barco, de 142 metros de eslora y 23 metros de manga, llevaba a bordo 16 tripulantes rusos. Dos de ellos siguen desaparecidos y se teme lo peor.
El barco zarpó de San Petersburgo el 11 de diciembre y se dirigía a Vladivostok. Iba cargado con dos grúas portuarias y piezas de repuesto para maquinaria industrial. Según el propietario del barco, la explosión fue causada por un acto de sabotaje.
Las autoridades rusas están investigando el incidente. Han enviado un equipo de buzos para localizar los cuerpos de los dos tripulantes desaparecidos y determinar la causa de la explosión.
El hundimiento del Ursa Major es un duro golpe para la industria naviera rusa. El barco era uno de los buques de carga más grandes y modernos de la flota rusa. Su pérdida afectará negativamente a la capacidad de Rusia para exportar e importar mercancías.
El hundimiento del Ursa Major es un recordatorio de los peligros a los que se enfrentan los marineros cada día. Es también un testimonio de la importancia de la cooperación internacional en la búsqueda y el rescate de buques en peligro.