¿Quién no ha oído hablar de Boca de Pascuales, ese lugar legendario donde se dice que los mariscos son tan frescos que casi saltan de tu plato?
Cada vez que voy a Vallarta, hago una peregrinación a Boca de Pascuales. Es un pequeño pueblo de pescadores a unos 30 minutos al norte de la ciudad, pero vale la pena el viaje.
Mi lugar favorito para comer mariscos es El Pirata. Es un restaurante rústico con mesas al aire libre con vistas a la playa. El menú es simple: mariscos frescos a la parrilla o fritos. Yo siempre pido el ceviche, que está hecho con pescado fresco, camarones, pulpo y calamares marinados en jugo de limón y especias.
Pero Boca de Pascuales no es solo para los amantes de los mariscos. También es un gran lugar para relajarse y disfrutar del paisaje. Hay una hermosa playa donde puedes nadar, tomar el sol o simplemente caminar por la arena.
Y si tienes suerte, incluso puedes ver delfines o ballenas jugando en el agua. Por supuesto, ningún viaje a Boca de Pascuales estaría completo sin una visita a la Iglesia de San Pascual Baylón, el santo patrón del pueblo.
La iglesia es un edificio pintoresco con un campanario azul y blanco. En el interior, hay un hermoso altar dorado y una estatua de San Pascual Baylón. La gente del pueblo está muy orgullosa de su iglesia y siempre están dispuestos a compartir su historia.
Si buscas un lugar para escapar del ajetreo y el bullicio de Puerto Vallarta, Boca de Pascuales es el lugar perfecto. Es un lugar tranquilo y hermoso donde puedes disfrutar de deliciosos mariscos, relajarte en la playa y aprender sobre la cultura mexicana.
Así que la próxima vez que estés en Vallarta, asegúrate de hacer una excursión a Boca de Pascuales. No te arrepentirás.