Calanda: El pueblo que se convirtió en un museo a cielo abierto
Por: María López
Cuando era pequeña, mi abuela siempre me hablaba de su pueblo natal, Calanda. Un lugar mágico donde las casas se habían convertido en lienzos, y las calles en galerías de arte. Sin embargo, no fue hasta hace poco que tuve la oportunidad de visitarlo y descubrir por mí misma este extraordinario pueblo.
Calanda se encuentra en la provincia de Teruel, en Aragón. Es un pequeño pueblo de poco más de 3.000 habitantes, pero su belleza y singularidad lo convierten en un destino turístico único. Lo más llamativo de Calanda son sin duda sus paredes, decoradas con más de 100 pinturas murales que representan escenas de la vida cotidiana, la historia y las tradiciones del pueblo.
Estas pinturas, conocidas como "pinturas murales de Calanda", fueron realizadas entre los años 1981 y 1997 por un grupo de artistas locales. La idea surgió de un concurso organizado por el Ayuntamiento para embellecer el pueblo y promover el turismo. Los artistas se inspiraron en la historia, las costumbres y las leyendas del pueblo, creando un conjunto de obras que han convertido a Calanda en un museo a cielo abierto.
Caminar por las calles de Calanda es como viajar en el tiempo. Las pinturas murales narran la historia del pueblo, desde sus orígenes hasta la actualidad. Hay escenas de la vida cotidiana, como las mujeres lavando ropa en el río o los niños jugando en la calle. También hay representaciones de fiestas tradicionales, como las "fiestas de San Roque" o las "bodas de Calanda". Y, por supuesto, no faltan las escenas históricas, como la visita del rey Jaime I o la batalla de Lepanto.
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Pero más allá de su valor artístico, las pinturas murales de Calanda tienen un significado especial para los vecinos del pueblo. Son un reflejo de su identidad, de sus costumbres y de su forma de vida. Para ellos, las paredes pintadas no son solo obras de arte, sino también un valioso testimonio de su historia y de su cultura.
Y es que Calanda no es solo un pueblo bonito, sino también un pueblo vivo. Sus calles están llenas de gente amable y acogedora, orgullosa de su pueblo y de su patrimonio. En Calanda, el turismo no se limita a contemplar las pinturas murales, sino que también implica conocer a sus gentes, participar en sus fiestas y disfrutar de su gastronomía.
Noches mágicas en Calanda
Si visitas Calanda, te recomiendo que lo hagas en agosto, durante las "Noches Mágicas". Este festival, que se celebra desde hace más de 30 años, convierte al pueblo en un escenario teatral y musical. Las calles se llenan de actores, músicos y artistas que representan escenas de la historia y la cultura de Calanda. Es una experiencia única que te permitirá conocer el pueblo desde una perspectiva diferente.
Cómo llegar a Calanda
Calanda está situada a unos 150 kilómetros de Zaragoza. Para llegar, puedes tomar la carretera N-232 o la A-222. También hay un servicio de autobús desde Zaragoza.
Dónde alojarse en Calanda
En Calanda hay varios hoteles y casas rurales donde puedes alojarte. También hay un camping situado a las afueras del pueblo.
Dónde comer en Calanda
Calanda cuenta con varios restaurantes donde puedes degustar la gastronomía tradicional aragonesa. Te recomiendo el "restaurante El Portal", que ofrece un menú variado con platos típicos de la región.
Qué ver en Calanda
Además de las pinturas murales, Calanda cuenta con otros lugares de interés que merece la pena visitar. Entre ellos se encuentran:
La iglesia de Santa María la Mayor
El castillo de CalandaEl museo de la Semana SantaEl museo de la Jota
Calanda, un pueblo para descubrir
Calanda es un pueblo único que merece la pena visitar. Sus pinturas murales, su gente amable y su ambiente acogedor te dejarán un recuerdo inolvidable. Si estás buscando un destino turístico diferente y especial, no dudes en incluir Calanda en tu lista.