Callejón




El callejón era un lugar misterioso y oscuro. Las paredes estaban cubiertas de grafitis, y el aire estaba lleno de un olor a orina y basura. Apenas podía ver a mi alrededor, y cada sonido me hacía sobresaltar.

Caminé por el callejón lentamente, con cuidado de no tropezarme con nada. Sabía que era peligroso caminar solo por allí por la noche, pero no tenía otra opción. Necesitaba llegar a casa, y este era el camino más rápido.

Mientras caminaba, sentí que alguien me seguía. Me volví despacio y vi una sombra oscura moviéndose detrás de mí. Empecé a correr, pero la sombra se mantuvo a mi lado.

Corrí cada vez más rápido, pero no podía escapar. La sombra se hacía cada vez más grande y más cercana. Estaba aterrorizado.

De repente, llegué al final del callejón. Había una puerta abierta, y me metí dentro.
La puerta se cerró de golpe detrás de mí, y me encontré en una habitación oscura y vacía.

Me apoyé contra la puerta, respirando pesadamente. Estaba a salvo, al menos por ahora.

Miré alrededor de la habitación. Era un almacén viejo y polvoriento. Había cajas y estantes por todas partes, y el aire estaba lleno de un olor a humedad.

Me senté en una caja y esperé a que pasara el susto. No sabía qué hacer. No podía quedarme allí para siempre, pero tampoco podía salir hasta que estuviera seguro de que la sombra se había ido.

Me quedé sentado allí durante horas, escuchando el silencio. De vez en cuando, oía un ruido, y me sobresaltaba, pero no pasaba nada.

Finalmente, cuando salió el sol, me armé de valor y salí del almacén. El callejón estaba vacío, y la sombra se había ido.

Nunca supe qué era la sombra o qué quería, pero nunca olvidaré el miedo que sentí aquella noche en el callejón.