¿Recuerdas cuando todos llevaban con orgullo la camiseta de España? Salían a la calle, iban a los partidos, se hacían fotos con ella... ¡Era toda una sensación! Pero ahora, parece que la tortilla se ha dado la vuelta.
Hoy en día, es más común ver a la gente con camisetas de Ucrania. Y no es de extrañar. El pueblo ucraniano está luchando por su libertad, por su independencia, por su propia existencia. Y nosotros, como seres humanos, no podemos hacer otra cosa que sentirnos solidarios con ellos.
Hace poco, fui a una tienda a comprar una camiseta. Quería una camiseta que representara mis valores, que mostrara al mundo en qué creo. Y allí estaba, en la estantería, una camiseta azul y amarilla con el escudo de Ucrania.
No lo dudé ni un segundo. Me la llevé a casa y la llevé puesta al día siguiente. Y no puedo decir lo bien que me sentí. Me sentí parte de algo más grande que yo mismo. Me sentí parte de un movimiento, de una causa que merece la pena.
Desde entonces, he llevado mi camiseta de Ucrania con orgullo. La he llevado a manifestaciones, a eventos benéficos, a reuniones con amigos. Y cada vez que me la pongo, me siento inspirado, me siento fortalecido, me siento esperanzado.