Celtas Cortos: ¡Un viaje musical vibrante y nostálgico!




Para quienes crecimos en los años 80 y 90, "Celtas Cortos" es más que una banda: es un trozo de nuestra historia, una memoria sonora de vivencias y emociones.
Desde aquel lejano 1988, cuando un grupo de jóvenes vallisoletanos irrumpió en la escena musical, "Celtas Cortos" nos ha cautivado con su fusión única de folk, rock y ritmos celtas. Sus letras, llenas de poesía y compromiso social, nos han hecho reflexionar, soñar y bailar.
"20 de abril", "Retales de una vida", "La senda del tiempo"... Son solo algunos de los himnos que han marcado a varias generaciones. Sus melodías alegres y sus ritmos contagiosos nos han acompañado en infinitos momentos.
Recuerdo con especial cariño aquellas noches de verano en las que, junto a un grupo de amigos, cantábamos a pleno pulmón "Cuéntame un cuento" o "El lobo, Lobo". Sus canciones eran la banda sonora de nuestra amistad, de nuestros amores adolescentes y de nuestras aventuras nocturnas.
No hay duda de que "Celtas Cortos" ha evolucionado a lo largo de los años, incorporando nuevos matices a su sonido. Sin embargo, su esencia sigue intacta: la pasión por la música, el compromiso con sus raíces y la capacidad de emocionar con sus letras.
En sus conciertos, la magia es palpable. El público conecta con la banda de forma inmediata, coreando sus canciones y bailando al ritmo de su música. Es un espectáculo que te transporta, que te hace vibrar y que te deja con un regusto de nostalgia y alegría.
Para mí, "Celtas Cortos" es mucho más que una banda. Es un patrimonio cultural, un símbolo de nuestra identidad como generación. Sus canciones nos han emocionado, nos han hecho pensar y nos han acompañado en las diferentes etapas de nuestras vidas.
Por eso, hoy quiero rendir homenaje a este grupo que, con su música, nos ha hecho sentir vivos, nos ha unido y nos ha recordado la importancia de soñar y de luchar por nuestros ideales. ¡Gracias, "Celtas Cortos", por tantas noches memorables y por tantos recuerdos maravillosos!