Soy Juan Pérez, un fanático del fútbol desde que tengo uso de razón. He visto jugar a los mejores del mundo, pero ningún equipo me ha cautivado tanto como el Cerro Porteño. El ciclón azulgrana, como se le conoce, es más que un club de fútbol, es una pasión que corre por las venas de todos los paraguayos.
El Cerro Porteño fue fundado en 1912 por un grupo de jóvenes estudiantes. Desde entonces, se ha convertido en uno de los clubes más importantes de Sudamérica, ganando numerosos campeonatos nacionales e internacionales. Pero más allá de los títulos, lo que hace especial al ciclón es su hinchada.
Los hinchas del Cerro son conocidos por su pasión y fidelidad. Llenan el estadio La Olla cada partido, creando una atmósfera que intimida a los rivales. Son ellos quienes hacen que el Cerro sea un equipo temible, capaz de vencer a cualquier adversario.
Recuerdo un partido en particular, en el que el Cerro se enfrentaba a un equipo brasileño en la Copa Libertadores. El ciclón iba perdiendo por dos goles, pero los hinchas no perdieron la fe. Siguieron cantando y alentando hasta el final, y el equipo respondió con una remontada épica, ganando el partido por 3-2. Ese día, sentí que el Cerro era algo más que un club, era una familia.
El Cerro Porteño es más que un equipo de fútbol, es un símbolo de Paraguay. Representa la pasión, la garra y la lucha de un pueblo. Es un equipo que une a los paraguayos, independientemente de sus diferencias. Es por eso que, para mí, el Cerro Porteño no es solo un club, es una parte de mi vida.
¡Vamos, ciclón!Si aún no has tenido la oportunidad de ver jugar al Cerro Porteño, te recomiendo que lo hagas. Es una experiencia que te dejará sin palabras. ¡Vamos, ciclón!