¡Hola, amigos y amigas! ¿Cómo están? Hoy les traigo un tema que nos afecta a todos los chilenos y chilenas: el cambio de hora.
Cada año, en marzo y octubre, nos toca adelantar o atrasar nuestros relojes una hora. Y aunque parezca algo sencillo, ¡puede llegar a ser un verdadero caos!
Para que se entienda bien:Ahora, ¿por qué cambiamos la hora? Bueno, básicamente es para aprovechar mejor la luz solar. Cuando adelantamos la hora en marzo, tenemos más horas de luz por la tarde, lo que nos permite disfrutar más tiempo al aire libre.
Pero el cambio de hora no siempre es una bendición. Hay quienes sufren con el desfase horario, especialmente los niños pequeños y los adultos mayores. Y ni hablar de nuestros amigos peludos, que se quedan desorientados cuando sus horarios de comida y paseo cambian de repente.
Anecdótico: Recuerdo una vez que, después del cambio de hora de marzo, me acosté a dormir a mi hora habitual. ¡Pero mi cuerpo no lo entendió! Me desperté una hora antes, como si fuera un despertador humano. ¡Qué nochecita más larga!Sin embargo, también hay quienes aprovechan el cambio de hora para hacer un pequeño ajuste en sus rutinas. Por ejemplo, algunos adelantan su hora de despertar para aprovechar el día o la atrasan para dormir un poquito más.
Así que, amigos y amigas, cuando se cambie la hora en Chile, recuerden que no están solos. Todos estamos pasando por lo mismo. ¡Tomemos un cafecito extra, disfrutemos los atardeceres o los amaneceres más tranquilos y a seguir adelante!
Y recuerden: ¡El tiempo es relativo! Así que, aunque cambie la hora, el amor, la amistad y la alegría siempre estarán allí para iluminar nuestros días.