¡Cuidado con la tosferina!
La tosferina, una enfermedad muy contagiosa, ha estado circulando con fuerza en los últimos tiempos. Si bien es más común en niños, también puede afectar a adultos. Por eso, es importante conocer los síntomas y tomar precauciones para evitar contagiarse o propagarla.
Síntomas de la tosferina
Los síntomas de la tosferina suelen aparecer de 7 a 10 días después de la infección. Al principio, pueden parecerse a los de un resfriado común, como:
- Congestión nasal
- Secreción nasal
- Estornudos
Pero a medida que la enfermedad avanza, los síntomas se vuelven más característicos:
- Tos fuerte y persistente: La tos puede ser tan intensa que provoca vómitos o dificultad para respirar.
- Sonido de "canto de gallo" al inhalar: Este peculiar sonido se produce cuando el aire entra a los pulmones después de un ataque de tos.
- Sibilancias: Sonidos silbantes al respirar.
- Fiebre: No siempre está presente, pero puede ser un síntoma.
- Irritación en los ojos: La tos puede irritar los ojos, provocando enrojecimiento y lagrimeo.
En los bebés, los síntomas pueden ser más graves y pueden incluir:
- Dificultad para alimentarse
- Pausas en la respiración (apnea)
- Neumonía
Cómo se transmite la tosferina
La tosferina es causada por la bacteria Bordetella pertussis. Se propaga a través de gotitas en el aire cuando una persona infectada tose o estornuda. Por lo tanto, es esencial cubrirse la boca y la nariz al toser o estornudar para evitar contagiar a otros.
Prevención
La mejor manera de prevenir la tosferina es la vacunación. La vacuna Tdap protege contra la tosferina, el tétanos y la difteria. Se recomienda que los niños reciban cinco dosis de la vacuna Tdap, a las edades de 2, 4, 6 y 16-18 meses, y una dosis de refuerzo entre los 11 y 12 años. Los adultos también deben recibir una dosis de refuerzo de Tdap cada 10 años.
Además de la vacunación, otras medidas preventivas incluyen:
- Lavarse las manos frecuentemente con agua y jabón.
- Evitar el contacto cercano con personas infectadas.
- Quedarse en casa si se está enfermo.
Tratamiento
El tratamiento de la tosferina consiste en antibióticos. Es importante comenzar el tratamiento lo antes posible para reducir la propagación de la enfermedad. Los antibióticos no pueden curar la tosferina, pero pueden ayudar a aliviar los síntomas y hacer que la enfermedad sea menos grave.
Consejos para cuidar a un niño con tosferina
Si tu hijo tiene tosferina, es importante tomar precauciones para evitar contagiarse y propagarla:
- Mantén a tu hijo en casa: Evita que tu hijo asista a la escuela o guardería hasta que termine el tratamiento con antibióticos.
- Aísla a tu hijo: Mantén a tu hijo alejado de otras personas, especialmente de bebés y personas con sistemas inmunitarios débiles.
- Lava las manos con frecuencia: Lávate las manos con frecuencia con agua y jabón, especialmente después de tocar a tu hijo o sus secreciones.
- Limpia y desinfecta superficies: Limpia y desinfecta regularmente las superficies que tu hijo ha tocado, como juguetes, mesas y encimeras.
- Observa a tu hijo de cerca: Observa a tu hijo de cerca para detectar cualquier signo de dificultad para respirar o apnea.
Si tu hijo presenta síntomas graves, como dificultad para respirar, sibilancias o apnea, busca atención médica inmediata.
La tosferina es una enfermedad grave, pero puede prevenirse y tratarse. Si tienes dudas o sospechas que puedes tener tosferina, consulta a un médico.