Hace poco tiempo, fui víctima de un fraude en un cajero automático. Me acerqué a sacar dinero, y cuando introduje mi tarjeta, algo no iba bien. La máquina se quedó en blanco durante unos segundos, y luego apareció una pantalla diferente. Me pedía que introdujera mi número de PIN de nuevo. Introduje mi PIN, pero la máquina seguía sin funcionar. Entonces, oí algo que me hizo saltar del susto: alguien estaba intentando abrir mi puerta.
Rápidamente, salí del cajero automático y corrí hacia mi coche. Miré hacia atrás y vi a un hombre corriendo hacia mí. Afortunadamente, pude escapar, pero fue un momento aterrador. Me di cuenta de que los cajeros automáticos no son siempre tan seguros como parecen.
Existen varios tipos de trampas para cajeros automáticos. Una de las más comunes es el "skimming", que consiste en colocar un dispositivo sobre la ranura de la tarjeta para robar los datos de la misma. Otra trampa es el "shimming", que consiste en colocar un dispositivo sobre el lector de tarjetas para robar la información de la banda magnética.
Además de las trampas físicas, también existen trampas virtuales. Los ciberdelincuentes pueden utilizar malware para infectar los cajeros automáticos y robar datos de tarjetas o contraseñas. También pueden utilizar técnicas de "phishing" para engañar a las personas para que revelen su información personal.
Para protegerte de las trampas de los cajeros automáticos, toma las siguientes precauciones:
Los cajeros automáticos pueden ser una herramienta conveniente, pero es importante estar al tanto de los riesgos potenciales. Tomando las precauciones adecuadas, puedes protegerte de las trampas y mantener tu dinero seguro.
Un último consejo: si alguna vez te sientes inseguro mientras usas un cajero automático, no lo pienses dos veces, sal de ahí y pide ayuda. Es mejor prevenir que lamentar.