Cuando los habitantes de la Ciudad de México y sus alrededores abren el grifo, es probable que no se den cuenta de que están utilizando agua que ha recorrido un largo viaje de más de 100 kilómetros desde el río Cutzamala, en el Estado de Michoacán.
El Sistema Cutzamala es una obra de ingeniería monumental que fue construida en la década de 1980 para satisfacer las crecientes necesidades de agua de la megalópolis mexicana. El proyecto implicó la construcción de siete presas, 140 kilómetros de túneles y 125 kilómetros de canales, creando un sistema que transporta hasta 14 metros cúbicos de agua por segundo.
El corazón del sistema
El agua de Cutzamala inicia su viaje en las presas de El Bosque y Villa Victoria, en Michoacán. Desde allí, fluye a través de una serie de túneles hasta la presa de El Tejocotal, en el Estado de México. Esta presa es el punto de partida del acueducto, que transporta el agua hacia la Ciudad de México.
El acueducto está formado por dos túneles principales: el Túnel 1, que discurre por debajo de la Sierra de las Cruces, y el Túnel 2, que pasa por debajo de la Ciudad de México. Estos túneles son verdaderas obras maestras de la ingeniería, con longitudes de 34 y 23 kilómetros, respectivamente.
Beneficios y retos
El Sistema Cutzamala ha sido fundamental para satisfacer las necesidades de agua de la Ciudad de México. La ciudad depende en gran medida de este sistema, que proporciona más del 80% de su suministro de agua.
Sin embargo, el sistema también ha enfrentado algunos retos. La sobreexplotación del acuífero en Michoacán ha llevado a una disminución de los niveles de agua en los ríos y arroyos que alimentan el sistema. Además, la Ciudad de México sigue creciendo, lo que aumenta la demanda de agua.
El futuro de Cutzamala
A pesar de los retos, el Sistema Cutzamala sigue siendo un recurso vital para la Ciudad de México. Para garantizar su sostenibilidad a largo plazo, se están llevando a cabo varios proyectos, como la rehabilitación de las presas y la construcción de nuevos pozos.
El futuro de Cutzamala está en manos de todos los habitantes de la Ciudad de México. Debemos valorar este recurso precioso y trabajar juntos para protegerlo para las generaciones venideras.
Llamado a la acción
Los habitantes de la Ciudad de México podemos hacer nuestra parte para garantizar el futuro de Cutzamala utilizando el agua de manera responsable. Podemos tomar medidas simples como cerrar el grifo mientras nos cepillamos los dientes o ducharnos más corto. También podemos apoyar proyectos que promuevan la conservación del agua y la sostenibilidad ambiental.
Juntos, podemos garantizar que el Sistema Cutzamala siga siendo una fuente vital de agua para la Ciudad de México durante muchos años más.