El temporal DANA se formó sobre el mar Mediterráneo y se desplazó hacia la Península Ibérica, afectando especialmente a las regiones de Andalucía y Murcia. En Málaga, las lluvias torrenciales provocaron el desbordamiento de ríos y arroyos, inundando calles, viviendas y negocios. Los fuertes vientos derribaron árboles y líneas eléctricas, dejando a miles de personas sin suministro.
Además de los daños materiales, el temporal DANA también causó estragos en la agricultura y la ganadería. Las intensas lluvias anegaron cultivos, arruinando cosechas y dejando a los agricultores con cuantiosas pérdidas. El ganado también sufrió las consecuencias del temporal, con animales ahogados o heridos.
Ante la magnitud de los daños, las autoridades activaron el Plan de Emergencias de Andalucía (PEA) y desplegaron efectivos de Protección Civil, bomberos y militares para atender a los afectados y minimizar las consecuencias del temporal.
"Fue una noche horrible", cuenta Antonio, un vecino de la localidad malagueña de Álora. "El agua entró en mi casa por todas partes y en cuestión de minutos lo perdí todo. Mi hogar, mis recuerdos, todo se fue por el desagüe".
Antonio es uno de los muchos vecinos de Málaga que vieron sus vidas trastornadas por el temporal DANA. Las inundaciones destrozaron sus casas, sus pertenencias y sus sueños.
El temporal DANA dejó una huella profunda en la provincia de Málaga. Los daños materiales y emocionales serán difíciles de reparar, pero el espíritu de solidaridad y ayuda mutua que surgió entre los ciudadanos es un ejemplo de que incluso en los momentos más difíciles, podemos salir adelante juntos.