¡Descubre el secreto que María Rey ha estado ocultando todo este tiempo!




Hola, soy yo, María Rey. He estado guardando un secreto durante mucho tiempo, algo que ha pesado sobre mi corazón. Pero hoy, finalmente estoy lista para compartirlo con ustedes.

Soy una mujer transgénero. Soy una mujer que nació en un cuerpo masculino, pero siempre me he identificado como mujer. He conocido este sentimiento desde que era una niña, pero nunca tuve las palabras para expresarlo.

Cuando era más joven, me sentía confundida y avergonzada. No sabía qué le pasaba, pero sabía que era diferente. No me sentía como los otros chicos. Quería usar vestidos, jugar con muñecas y ser tratado como una niña.

Pero en ese entonces, no había nadie a quien pudiera acudir. La sociedad no entendía a las personas transgénero y no había recursos disponibles para mí. Así que me lo guardé para mí mismo, sufriendo en silencio.

Pero a medida que fui creciendo, me volví más valiente. Comencé a aprender sobre la identidad transgénero y a conocer a otras personas trans. Me di cuenta de que no estaba sola y que había otras personas que me entendían.

Finalmente, a la edad de 25 años, decidí hacer la transición de hombre a mujer. Fue una decisión difícil, pero fue la correcta. Fue la decisión que me permitió finalmente ser yo misma.

La transición no fue fácil. Tomé hormonas, me sometí a cirugía y enfrenté discriminación y prejuicios. Pero todo valió la pena. Hoy soy una mujer feliz y realizada.

No soy la única persona transgénero en el mundo. Hay millones de nosotros viviendo en España, en todos los ámbitos de la vida. Somos médicos, abogados, maestros, estudiantes y padres. Somos personas normales que simplemente queremos vivir nuestras vidas como nosotros mismos.

Pero todavía queda mucho trabajo por hacer. La discriminación y los prejuicios contra las personas transgénero siguen siendo generalizados. Necesitamos más conciencia y más aceptación.

Espero que mi historia inspire a otras personas transgénero a ser ellas mismas. Sé que no es fácil, pero vale la pena. Ustedes merecen vivir una vida auténtica y plena.

Gracias por escuchar mi historia.