Cuenta la leyenda que hace más de 300 años, a orillas del río Luján, unos humildes "changarines" encontraron una imagen de la Virgen María. Con sus rostros iluminados por la emoción, la llevaron a una humilde capilla que luego se convirtió en el Santuario Nacional de Nuestra Señora de Luján.
Desde ese día, la "Virgen de Luján" se convirtió en el faro de esperanza y protección para los argentinos. Su nombre se ha convertido en sinónimo de fe, milagros y bendiciones.
Pero más allá de los milagros y la devoción, la "Virgen de Luján" representa el espíritu resiliente y la fe inquebrantable del pueblo argentino. Es un símbolo de unidad, amor y protección que ha acompañado a los argentinos en sus momentos más oscuros y brillantes.
Para aquellos que buscan un encuentro espiritual, una conexión con la historia o simplemente un momento de paz, el Santuario Nacional de Nuestra Señora de Luján es un lugar que no deben perderse. Aquí, bajo la mirada protectora de la "Virgen de Luján", encontrarás consuelo, esperanza y la certeza de que nunca estás solo.
¿Qué esperas? ¡Embárcate en tu propia peregrinación a Luján y experimenta el poder transformador de la "Virgen de Luján"!