El pasado fin de semana, el estadio Mario Kempes fue testigo de un partido que quedará para la historia del fútbol argentino. Belgrano, el equipo cordobés que había logrado un histórico ascenso a la Primera División, recibía a Lanús, uno de los equipos más poderosos del país. El ambiente era eléctrico, con las tribunas colmadas de hinchas de ambos equipos que esperaban ansiosos el inicio del encuentro.
El partido comenzó con un ritmo frenético, con ambos equipos buscando el arco rival desde el primer minuto. Belgrano, con su habitual estilo ofensivo, trataba de penetrar la férrea defensa de Lanús, mientras que el Granate apostaba al contraataque. El primer tiempo fue parejo, con pocas ocasiones claras de gol, pero con mucha intensidad.
En el segundo tiempo, el partido se rompió. A los 55 minutos, Lanús se puso en ventaja con un golazo de Leandro Díaz, quien recibió un pase filtrado y definió con un preciso derechazo al ángulo. El Kempes enmudeció por unos instantes, pero los hinchas de Belgrano no se dieron por vencidos y siguieron alentando a su equipo.
Y su aliento dio frutos. Diez minutos después, Pablo Vegetti puso el empate con un cabezazo certero tras un centro desde la izquierda. El estadio explotó de alegría y los hinchas de Belgrano volvieron a creer en la victoria. Sin embargo, Lanús no se dio por vencido y siguió buscando el gol del triunfo.
Cuando parecía que el partido terminaría en empate, apareció José Sand para darle el triunfo a Lanús con un agónico gol en el minuto 90. El Granate deliró de alegría, mientras que los hinchas de Belgrano quedaron desconsolados. El Kempes fue testigo de una noche inolvidable, en la que el fútbol regaló emociones fuertes y dejó un recuerdo imborrable en la memoria de todos los presentes.
Reflexión final:
Este partido entre Belgrano y Lanús nos deja varias enseñanzas. En primer lugar, que el fútbol es un deporte impredecible, en el que cualquier cosa puede pasar hasta el último minuto. En segundo lugar, que nunca hay que darse por vencido, por muy adversa que sea la situación. Y en tercer lugar, que el deporte es capaz de unir a las personas de todas las edades y clases sociales, creando momentos inolvidables.