José Díaz fue un hombre excepcional que dedicó su vida a la enseñanza. Inspiró a miles de jóvenes, transmitiéndoles su amor por el conocimiento y la vida. Era un apasionado de las humanidades y un defensor incansable de los valores democráticos.
En sus últimos años, José Díaz fue diagnosticado con una terrible enfermedad que le causó un gran sufrimiento. A pesar de su dolor, mantuvo la esperanza y el deseo de vivir con dignidad hasta el final de sus días.
Gracias a la ley de eutanasia, José Díaz pudo tomar la difícil decisión de partir cuando ya no podía soportar el sufrimiento. Su familia y amigos le acompañaron en este trance, brindándole todo su amor y comprensión.
La partida de José Díaz es un recordatorio de la importancia de la libertad de elección y el derecho a morir con dignidad. Su ejemplo inspira a todos a reflexionar sobre el fin de la vida y la necesidad de leyes compasivas que permitan a las personas decidir cuándo y cómo quieren despedirse del mundo.
José Díaz, te despedimos con lágrimas en los ojos pero con el corazón lleno de gratitud por habernos enseñado a vivir y a morir con dignidad. Tu legado permanecerá para siempre en nuestros corazones. Descansa en paz, maestro.