El maestro de persa




¿Te imaginas aprender un nuevo idioma con un profesor que esconde un peligroso secreto? Esta historia te dejará boquiabierto.
Yo, como cualquier estudiante universitario corriente, me apunté a un curso de persa por puro capricho. Nunca había viajado a Irán ni tenía planes de hacerlo, pero la idea de hablar una lengua tan exótica me atraía. El primer día de clase, entré en el aula y vi a un hombre mayor, con una barba bien recortada y unos ojos oscuros y penetrantes. Era el profesor Reza. Parecía amable y servicial, pero había algo en su mirada que me inquietó.
Durante las primeras semanas, todo fue bien. El profesor Reza era muy paciente y entusiasta, y yo estaba aprendiendo bastante persa. Sin embargo, un día, mientras estábamos practicando la pronunciación, el profesor Reza se detuvo en seco.
"Disculpen", dijo con voz temblorosa. "Necesito un momento".
Se levantó y salió del aula. Nosotros, los alumnos, nos miramos confundidos. ¿Qué había pasado? Pasaron unos minutos y el profesor Reza regresó, pero algo había cambiado. Parecía más pálido y nervioso.
"Lo siento", dijo. "No me encuentro bien. Necesito irme".
Y así, sin más explicaciones, el profesor Reza se marchó y no volvió a aparecer.
Los días siguientes fueron extraños. Nos dijeron que el profesor Reza había enfermado y que no volvería hasta dentro de una semana. Pero esa semana se convirtió en dos, y dos en un mes. Empezamos a preocuparnos por él.
Un día, mientras estaba en la biblioteca, me encontré con un artículo en un periódico. Hablaba sobre un profesor de persa que había sido arrestado por espionaje. El nombre del profesor era Reza. Mi corazón dio un vuelco.
¿Era posible que mi amable y servicial profesor fuera un espía? No podía creerlo. Pero el artículo lo decía claramente. Reza había estado espiando para Irán durante años, recopilando información sobre los estudiantes y profesores de la universidad.
Me quedé helado de miedo. Me di cuenta de que había estado dando clase con un hombre que podía haberme hecho daño. Pero, ¿por qué? ¿Qué le había hecho yo para que me quisiera espiar?
Nunca supe la respuesta a esa pregunta. El profesor Reza fue condenado a prisión y nunca más lo volví a ver. Sin embargo, la historia me dejó una lección valiosa: nunca se puede saber realmente quién es la gente. Incluso las personas más amables y serviciales pueden tener secretos oscuros.