Te acuerdas de aquella vez que te dijimos que te marchases de viaje y te olvidases de todo durante un tiempo?
Sí, aquello de "vete a un sitio donde nunca hayas estado antes, donde no conozcas a nadie y donde puedas desconectar de todo".
Bueno, pues lo hicimos. Y fue una de las mejores decisiones que hemos tomado jamás.
Fuimos a un pequeño pueblo en México llamado Panu. Nunca habíamos oído hablar de él antes, pero nos lo recomendó un amigo que había estado allí hacía unos años.
Nos dijo que era un lugar mágico, donde el tiempo parecía detenerse y donde la gente era amable y acogedora.
Y tenía razón.
Panu es un pueblo pequeño, con sólo unos pocos cientos de habitantes. Está situado en las montañas, rodeado de exuberantes bosques y campos verdes. El aire es fresco y limpio, y el ritmo de vida es lento y relajado.
Pasamos nuestros días explorando el pueblo y sus alrededores. Visitamos la iglesia local, que es una hermosa estructura colonial.
Caminamos por las estrechas calles adoquinadas, donde las casas están pintadas con colores brillantes.
Y nos sentamos en la plaza del pueblo, donde los lugareños se reúnen para charlar y tocar música.
Lo que más nos gustó de Panu fue la gente. Eran amables, acogedores y siempre estaban dispuestos a echar una mano.
Nos invitaron a sus casas, compartieron su comida con nosotros y nos contaron historias sobre la historia del pueblo.
Nos hicieron sentir como si fuéramos parte de su comunidad.
Pasamos una semana en Panu y fue una experiencia inolvidable. Nos fuimos sintiéndonos renovados y rejuvenecidos. Y sabemos que algún día volveremos.
Aquí tienes algunos consejos si estás pensando en visitar Panu:
Si buscas un destino turístico único y auténtico, Panu es el lugar perfecto para ti. Es un lugar donde puedes desconectar de todo, relajarte y experimentar la verdadera cultura mexicana.