¡Hola, amigos lectores! Hoy quiero compartir con ustedes un tema que me apasiona: la escritura. Escribir, dicen, es como pintar con palabras, y a mí me encanta jugar con los colores del lenguaje.
Desde pequeña, siempre me gustó inventar historias y escribir cuentos. En el colegio, me encantaban las clases de Lengua y Literatura. Recuerdo con cariño a mi profesora, que nos animaba a expresarnos con desparpajo y a no tener miedo a las faltas.
Porque, sí, las faltas de ortografía son el coco de muchos. Pero no deberían serlo. Todos cometemos errores, y especialmente cuando escribimos rápido o estamos nerviosos. Lo importante es no dejar que el miedo nos paralice y nos impida comunicarnos.
Yo misma, que me considero una buena escritora, también meto la pata de vez en cuando. Pero eso no me desanima. Lo veo como una oportunidad para aprender y mejorar. Por eso, siempre llevo conmigo un diccionario. ¡Es mi mejor aliado!
Además, hay que recordar que el lenguaje es algo vivo. Cambia y evoluciona constantemente. Lo que hoy es considerado una falta, puede que mañana ya no lo sea. Por eso, no debemos ser demasiado estrictos con nosotros mismos.
Lo más importante es que nos sintamos cómodos escribiendo. Que disfrutemos del proceso y que no nos preocupemos demasiado por las faltas. Si escribimos con pasión, con ganas de transmitir algo, lo demás vendrá solo.
Y sobre todo, recuerda: ¡escribir es un placer! Así que disfruta del viaje y no te preocupes por las faltas. ¡Deja que tu creatividad fluya y que tus palabras te lleven a donde quieras!