Siglos de poesía, arte y filosofía han tratado de responder a la eterna pregunta: ¿qué es una vida plena? Si preguntáramos a mil personas, probablemente obtendríamos mil respuestas diferentes. Pero hay un concepto que parece resonar en todas las culturas: la "causa".
La causa puede definirse como aquello que nos impulsa, nos da un propósito y nos hace sentir vivos. Puede ser cualquier cosa, desde criar una familia hasta iniciar un negocio, desde viajar por el mundo hasta ayudar a los necesitados. La clave es que sea algo que nos apasione, que nos haga levantarnos por la mañana con ganas de aprovechar el día.
Vivir una vida con causa no significa que todo sea fácil. De hecho, a menudo implica desafíos y sacrificios. Pero es un precio que vale la pena pagar, porque el sentimiento de satisfacción y realización que viene con el trabajo hacia un objetivo que nos importa es inigualable.
Si no estás seguro de si tienes una causa, aquí tienes algunas preguntas que puedes hacerte:
Si tienes problemas para responder a estas preguntas, no te desanimes. Encontrar tu causa puede llevar tiempo y exploración. Prueba cosas nuevas, hablas con gente diferente y presta atención a lo que te hace sentirte realizado.
Una vez que hayas encontrado tu causa, acéptala. No la ocultes, ni la subestimes. Compártela con el mundo y deja que te guíe en tu viaje. Puede que no sepas exactamente a dónde te llevará, pero seguro que será una aventura emocionante.
Vivir una vida con causa es un viaje, no un destino. Habrá altibajos en el camino, pero si te mantienes fiel a ti mismo y sigues tu pasión, no hay límite para lo que puedes lograr.
Así que, ¿qué estás esperando? Sal ahí fuera y encuentra tu causa. ¡El mundo te necesita!