En medio del bullicioso distrito de San Blas-Canillejas, se alza majestuoso el Estadio (Civitas) Metropolitano, el templo del fútbol madrileño y un símbolo de modernidad arquitectónica.
En 2017, el Atlético de Madrid cambió su antiguo hogar, el Vicente Calderón, por este coloso de última generación. El Metropolitano no es solo un estadio, es una experiencia inmersiva que envuelve a los aficionados en un ambiente de pasión y electricidad.
El Corazón LatenteEl corazón del estadio es, por supuesto, el terreno de juego, donde los goles y las celebraciones hacen vibrar las 68.456 localidades. La grada baja, con sus asientos rojos y blancos, crea una ola de color que envuelve a los jugadores, dándoles la energía de un ejército de aficionados.
Más Que FútbolEl Metropolitano no se limita al fútbol. Ofrece una amplia gama de servicios y experiencias para los visitantes. El Wanda Metropolitano Tour lleva a los aficionados a un viaje entre bastidores, descubriendo los vestuarios, la sala de prensa y el impresionante terreno de juego.
Además, el estadio alberga restaurantes, tiendas y un museo interactivo, convirtiéndolo en un destino de entretenimiento para toda la familia. El museo rinde homenaje a la rica historia del Atlético de Madrid, con exhibiciones sobre leyendas del club y momentos gloriosos.
Diseño IcónicoArquitectónicamente, el Metropolitano es una obra maestra. Su fachada ondulada de metal y vidrio crea un efecto asombroso, cambiando de color según la luz del día. El techo retráctil permite que el estadio se adapte a cualquier evento, desde partidos de fútbol hasta conciertos.
La Energía de la GentePero el verdadero encanto del Metropolitano reside en su gente. Los aficionados colchoneros crean un ambiente electrizante, su pasión y cánticos resuenan en las gradas. Es un lugar donde las emociones corren a flor de piel y el sentimiento de comunidad es palpable.
Un Símbolo de MadridMás que un estadio, el Metropolitano se ha convertido en un símbolo de Madrid. Su imponente presencia define el horizonte del noreste de la ciudad, y su nombre se ha vuelto sinónimo de orgullo y ambición madrileña.
Para los aficionados al fútbol, el Metropolitano es un peregrinaje obligado. Un lugar donde los sueños se hacen realidad, donde la historia se escribe y donde la pasión por el deporte alcanza su máxima expresión.