La frontera entre Estados Unidos y Canadá es la frontera terrestre más larga del mundo, con 8.891 kilómetros de longitud. Se extiende desde el Océano Atlántico en el este hasta el Océano Pacífico en el oeste, y separa a los dos países a lo largo de su lado sur y norte, respectivamente.
La frontera se estableció por primera vez en 1783, tras la Guerra de la Independencia de los Estados Unidos. El Tratado de París de 1783 fijó el límite entre los Estados Unidos y las posesiones británicas en América del Norte, que más tarde se convertirían en Canadá. La frontera ha sido modificada varias veces desde entonces, principalmente mediante tratados y acuerdos entre los dos países.
La frontera entre Estados Unidos y Canadá es una importante ruta comercial y de transporte. Alberga varios puertos de entrada, aeropuertos y cruces fronterizos que facilitan el comercio y el turismo entre los dos países. La frontera también es un importante símbolo de cooperación y amistad entre los dos países.
A pesar de tener culturas distintas, Estados Unidos y Canadá comparten muchas similitudes culturales. Ambos países son sociedades multiculturales con una historia de inmigración. También comparten un interés común en los deportes, la música y el arte. La proximidad de la frontera ha llevado a un intercambio cultural significativo entre los dos países.
La frontera entre Estados Unidos y Canadá seguirá siendo una importante ruta comercial y de transporte en los años venideros. Sin embargo, también es probable que se vea afectada por los cambios en el clima, la tecnología y la política. Es importante que los dos países trabajen juntos para gestionar la frontera de forma eficaz y sostenible.