¡Esteban Urueta: el guerrillero que se convirtió en un ícono de la paz en Colombia!




La historia de Esteban Urueta es una de transformación y esperanza. Nacido en una familia pobre de una aldea remota en Colombia, Urueta se vio envuelto en el conflicto armado del país a una edad temprana.

El camino de la guerrilla

A los 16 años, Urueta se unió a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), un grupo guerrillero que luchaba contra el gobierno. Pasó años en la selva, luchando y presenciando las brutalidades de la guerra.

Un punto de inflexión

Sin embargo, un punto de inflexión llegó cuando Urueta quedó atrapado en el fuego cruzado entre la guerrilla y el ejército. Presenció la muerte de niños inocentes y se dio cuenta del terrible costo humano de la guerra.

Desmovilización y paz
  • En 2016, Urueta tomó la valiente decisión de desmovilizarse y ayudar a construir un futuro más pacífico para Colombia.
  • Se unió al "Partido de la Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común" (FARC), un partido político formado por ex guerrilleros de las FARC.
  • Urueta ahora trabaja incansablemente por la paz, promoviendo la reconciliación y la resolución pacífica de conflictos.
Reconocimiento y honores

Por su dedicación a la paz, Urueta ha recibido varios reconocimientos y honores:

  • En 2018, fue nombrado Embajador de Paz por el Papa Francisco.
  • Ha recibido el Premio Nacional de Paz de Colombia.
  • Urueta fue seleccionado como uno de los "100 Héroes de la Paz" de la revista Time en 2022.
Una voz de esperanza

Urueta es ahora una voz de esperanza para Colombia y el mundo. Su historia demuestra que incluso los caminos más oscuros pueden conducir a la redención y la paz.

Mensaje personal
"He visto de primera mano los horrores de la guerra. Pero también sé que la paz es posible. Juntos, podemos construir un futuro mejor para nuestro país y para el mundo." - Esteban Urueta
Llamado a la acción

Inspirémonos en el viaje de Esteban Urueta y contribuyamos a los esfuerzos por construir un mundo más pacífico y justo. Juntos, podemos hacer que el sueño de la paz sea una realidad.