¡Oh, hola! ¿Qué tal? Hoy voy a hablaros de un tema delicado: las exparejas mente enferma.
Todos hemos tenido alguna vez una expareja, ¿verdad? Algunos de nosotros hemos tenido la suerte de tener una ruptura amistosa, mientras que a otros nos ha tocado lidiar con un auténtico desquiciado.
Yo, personalmente, he tenido la desgracia de tener una expareja que estaba completamente ida de la cabeza. No sé si fue la ruptura lo que la desequilibró o si ya estaba así de antes, pero desde luego, conmigo no estaba bien.
Al principio, todo era muy bonito. Era encantadora, divertida y muy cariñosa. Pero poco a poco, empecé a notar que algo no iba bien. Era demasiado celosa, posesiva y controladora. A veces, incluso se volvía violenta.
Traté de hablar con ella sobre su comportamiento, pero siempre me decía que estaba exagerando o que era mi culpa por hacerla sentir insegura. Yo, como un tonto, me quedé hasta que un día, las cosas se salieron de madre.
Me llamó por teléfono como una loca, amenazándome con matarse si yo no volvía con ella. Yo, asustado, fui a su casa y la encontré completamente fuera de sí. Había destrozado los muebles, se había cortado las venas y estaba borracha perdida.
Llamé a una ambulancia y la ingresaron en un hospital psiquiátrico. Fue entonces cuando me di cuenta de que tenía que alejarme de ella. No podía seguir poniendo mi vida en riesgo.
Al principio, fue difícil. Ella me llamaba y me enviaba mensajes constantemente, rogándome que volviera. Pero poco a poco, fui recuperando mi vida. Empecé a salir con otras personas, a hacer cosas que me gustaban y a sentirme feliz de nuevo.
Años después, me enteré de que mi expareja había sido diagnosticada con un trastorno límite de la personalidad. Es una enfermedad mental que afecta al estado de ánimo, al comportamiento y a las relaciones interpersonales.
No sé si mi expareja nació con este trastorno o si se lo provocó algo que le sucedió en su vida. Pero lo que sí sé es que es una enfermedad muy grave que puede hacer que las personas hagan cosas terribles.
Si estáis en una relación con alguien que creéis que puede tener un trastorno mental, buscad ayuda profesional. No tratéis de arreglarlo vosotros solos. Es peligroso y puede tener consecuencias fatales.
Recordad, vuestra seguridad es lo primero. No os quedéis en una relación tóxica por miedo o por pena. Mereceis ser felices y estar con alguien que os trate bien.
Gracias por escucharme. Espero que esta historia os haya ayudado a comprender mejor el trastorno mental y cómo puede afectar a las relaciones.