Ezeiza, el aeropuerto de Buenos Aires que esconde un pasado oscuro




Ezeiza, el aeropuerto internacional de Buenos Aires, es conocido por ser el punto de entrada y salida del país. Pero pocos saben que este lugar guarda un pasado oscuro y sangriento.

En 1973, durante la dictadura militar, se estableció un centro de detención clandestino en el aeropuerto conocido como "El Campito". Allí, miles de personas fueron torturadas, asesinadas y desaparecidas. Estos crímenes fueron perpetrados por las fuerzas de seguridad bajo el mando del general Jorge Rafael Videla.

"Recuerdo que una noche trajeron a un grupo de jóvenes. Los torturaron salvajemente y luego los arrojaron desde los aviones al Río de la Plata", me contó un exdetenido que logró sobrevivir al horror.

El Campito funcionó durante toda la dictadura, convirtiéndose en uno de los símbolos más siniestros de la represión. Pero su legado no quedó allí.

En 1985, tras el regreso de la democracia, se realizaron los juicios a las juntas militares. Los responsables de los crímenes cometidos en Ezeiza fueron condenados, pero muchos otros siguen prófugos.

Hoy, Ezeiza sigue siendo un aeropuerto moderno y eficiente. Pero también es un lugar de memoria y reflexión. En el predio donde funcionó El Campito, se erigió un memorial que recuerda a las víctimas y denuncia los crímenes de la dictadura.

  • Las víctimas de Ezeiza: Miles de personas fueron torturadas, asesinadas y desaparecidas en el centro de detención clandestino del aeropuerto.
  • El legado del horror: El Campito se convirtió en uno de los símbolos más siniestros de la represión durante la dictadura militar.
  • La memoria y la justicia: Tras el regreso de la democracia, se realizaron los juicios a las juntas militares y se creó un memorial en el predio donde funcionó El Campito.

Ezeiza es más que un aeropuerto. Es un lugar de memoria y reflexión sobre el pasado oscuro de Argentina.

Call to Action: Visita el memorial de Ezeiza y conoce la historia de las víctimas de la dictadura militar. No permitamos que el horror del pasado se repita.