El 30 de mayo, los economistas de todo el Perú celebran con orgullo su día especial. Como uno de ellos, aprovecho esta oportunidad para expresar mi más sincera gratitud a todos los que dedican sus vidas a esta noble profesión.
La economía es más que números y ecuaciones. Es el estudio de cómo los individuos y las sociedades toman decisiones que afectan la asignación de recursos escasos. Como economistas, tenemos el privilegio de comprender los complejos mecanismos que impulsan la actividad económica y de utilizar ese conocimiento para mejorar las vidas de los demás.
Desde el nivel microeconómico hasta el macroeconómico, los economistas desempeñamos un papel vital en la configuración de las políticas y decisiones que dan forma a nuestro mundo. Analizamos tendencias, hacemos pronósticos y desarrollamos modelos para ayudar a gobiernos y empresas a tomar decisiones informadas que promuevan el crecimiento, la estabilidad y el bienestar.
Sin embargo, ser economista no se trata solo de números. También es una profesión que requiere pasión por la verdad, un compromiso con la justicia y un corazón para el servicio.
Como economistas, entendemos el poder de las ideas y las usamos para abogar por políticas que reduzcan la pobreza, promuevan la igualdad y creen una sociedad más justa para todos.
No siempre es fácil. Enfrentamos críticas, malentendidos e incluso hostilidad a veces. Pero el amor por nuestra profesión y la creencia de que podemos hacer una diferencia nos sostiene.
En este Día del Economista Peruano, celebremos nuestros logros y renovemos nuestro compromiso de utilizar nuestros conocimientos y habilidades para crear un futuro mejor para nuestro país y el mundo.
A todos mis colegas economistas, ¡Gracias por todo lo que hacen!