No, no me he vuelto loco. Sé que Fernando Alonso es un piloto de Fórmula 1, pero creo que es hora de reconocerle su verdadero talento: la resistencia.
En un deporte donde la velocidad y el riesgo son el pan de cada día, Alonso ha demostrado tener un aguante y una determinación fuera de lo común. Ha superado lesiones, decepciones y contratiempos con una sonrisa en la cara, siempre dispuesto a darlo todo.
Un ejemplo claro es su victoria en las 24 Horas de Le Mans de 2016. Después de 24 horas de carrera y 5.000 kilómetros, Alonso y sus compañeros de Toyota cruzaron la línea de meta en primer lugar. Fue un triunfo histórico, el primero para un piloto español en la mítica carrera.
Pero no solo se trata de victorias. Alonso también ha demostrado su resistencia ante las adversidades. En 2019, después de dos años difíciles en McLaren, regresó a los podios con Renault. No era el mismo monoplaza competitivo que antes, pero él siguió dando el máximo, carrera tras carrera.
¿Y qué decir de su paso por la IndyCar? En apenas un año, se convirtió en uno de los pilotos más respetados de la categoría. Y aunque no consiguió la victoria en las 500 Millas de Indianápolis, su actuación fue digna de elogio.
Fernando Alonso es un piloto único. Un piloto que ha sabido adaptarse a diferentes categorías, superar obstáculos y demostrar su pasión por las carreras en cada momento. Es el rey de la resistencia, un ejemplo a seguir para todos los que amamos este deporte.
Así que la próxima vez que alguien te diga que Alonso es solo un piloto de Fórmula 1, recuérdale que es mucho más que eso. Es un guerrero, un superviviente y, sobre todo, un amante de las carreras.