Frank Cuesta: ¡Maldita sea la televisión!
"La gente no se merece lo que está sufriendo; la televisión es una mierda", suelta Frank Cuesta en una conversación con El Confidencial. El herpetólogo, conocido por sus populares programas de televisión sobre animales y su espíritu crítico, no duda en cargar contra la pequeña pantalla, a la que culpa de la alienación y la ignorancia que campa a sus anchas en nuestra sociedad.
"La televisión es un opio para las masas", asegura Cuesta. "La gente se sienta delante de la caja tonta y se traga todo lo que le echan; no piensan por sí mismos, no se informan". El aventurero, que ha recorrido medio mundo en busca de animales exóticos, lamenta la falta de curiosidad y el conformismo que impera en la sociedad actual.
"La televisión nos entretiene, nos hace reír, nos hace llorar; pero también nos embrutece", advierte Cuesta. "Nos venden un mundo perfecto, lleno de gente guapa y feliz; pero ese mundo no existe". El herpetólogo recuerda su paso por la televisión, donde asegura haber sufrido censura y manipulación. "Decidí dejar la tele porque ya no podía soportar las mentiras y las manipulaciones", confiesa.
Cuesta asegura que no echa de menos la televisión y que ahora disfruta de la vida al aire libre, rodeado de su familia y sus animales. "La verdadera felicidad no está en un plató de televisión, sino en las cosas sencillas de la vida", dice.
El herpetólogo reconoce que la televisión puede ser una herramienta útil para la educación y la divulgación, pero lamenta que se haya convertido en un mero instrumento de entretenimiento. "La televisión debería ser un medio para aprender, para ampliar nuestros conocimientos, para hacernos mejores personas; pero no lo es", se lamenta.
Cuesta hace un llamamiento a la sociedad para que se libere de la tiranía de la televisión y busque otras formas de entretenimiento y aprendizaje. "No podemos seguir siendo esclavos de la caja tonta", afirma. "Debemos despertar, debemos pensar por nosotros mismos".
El herpetólogo concluye la conversación con un mensaje de esperanza: "Creo que todavía estamos a tiempo de salvar la televisión", dice. "Debemos exigir calidad, contenidos educativos y divulgativos; debemos ser críticos con lo que vemos".
"La televisión es un arma poderosa; podemos usarla para el bien o para el mal", concluye Cuesta. "Depende de nosotros decidir cómo queremos usarla".