Furia embarazada




El embarazo es una etapa maravillosa, pero también puede ser un torbellino de emociones, sobre todo si es tu primer hijo. Yo, como primeriza, experimenté una montaña rusa de sentimientos durante esos nueve meses.

Al principio, todo fue alegría y emoción. Sentía la vida crecer dentro de mí y me maravillaba ante el milagro que estaba viviendo. Pero a medida que avanzaba el embarazo, llegaron los cambios hormonales, los antojos extraños y los achaques. Me sentía como una montaña rusa emocional, pasando de la euforia a la frustración en cuestión de minutos.

Hubo días en los que me sentía como una superheroína, capaz de conquistar el mundo. Podía limpiar la casa, hacer la compra y preparar una comida gourmet, todo ello con una sonrisa en la cara. Pero también hubo días en los que no me podía levantar de la cama, abrumada por el cansancio y las náuseas.

Un día, mientras estaba tumbada en el sofá, llorando por una película cursi, mi marido me abrazó y me dijo: "Cariño, estás embarazada, no loca". Me hizo reír y me recordó que no estaba sola en esta montaña rusa.

Aprendí que el embarazo no es solo una época de alegría, sino también de lucha y desafío. Es un viaje que te cambia la vida y te hace crecer como persona. Ahora que mi bebé tiene un año, miro hacia atrás con cariño a aquella "furia embarazada". Fue un tiempo difícil, pero también fue un tiempo de amor, crecimiento y preparación para la mayor aventura de mi vida.

Si estás embarazada, recuerda que no estás sola. Hay otras mujeres pasando por lo mismo. Y aunque haya días difíciles, también habrá días maravillosos. Abraza el viaje y disfruta de cada momento, porque pasa volando.