Las Cataratas del Iguazú, en la frontera entre Argentina y Brasil, son uno de los espectáculos naturales más impresionantes del mundo, y la "Garganta del Diablo" es su joya de la corona.
Una garganta de vértigoLa Garganta del Diablo es una garganta en forma de herradura de 82 metros de altura y 150 metros de ancho, por la que se precipitan las aguas del río Iguazú con una fuerza asombrosa. El rugido de las cascadas es ensordecedor, y el vapor de agua que se eleva crea un arco iris constante.
Un espectáculo para los sentidosDesde las pasarelas que se adentran en la garganta, los visitantes pueden sentir el poder y la belleza de la naturaleza de cerca. El agua cae con tanta fuerza que parece que se puede tocar. El spray rocío empapa la cara y el cuerpo, creando una sensación de inmersión total.
Un momento para recordarAdemás de su espectacular belleza, la Garganta del Diablo es también un santuario para la vida salvaje. Los monos capuchinos juegan entre los árboles, y los tucanes de colores brillantes vuelan sobre las cascadas. Los jaguares y los ocelotes cazan en los alrededores, y el colibrí esmeralda se alimenta del néctar de las flores.
Un tesoro naturalLa Garganta del Diablo es un tesoro natural que debe ser apreciado y protegido. Es un lugar que inspira asombro, reverencia y una profunda conexión con la naturaleza. Si alguna vez tienes la oportunidad de visitarlo, no la desaproveches. Es una experiencia que te cambiará la vida.
Consejos para visitar la Garganta del Diablo: