Girotti
Girotti, considerado uno de los goleadores más prolíficos de todos los tiempos, nació en 1957 en Santa Fe, Argentina. Comenzó su carrera profesional a la temprana edad de 17 años, uniéndose al equipo local Unión de Santa Fe. Sus impresionantes actuaciones allí llamaron la atención de River Plate, uno de los clubes más grandes de Argentina, donde se trasladó en 1978.
El paso de Girotti por River Plate fue extraordinario. Marcó más de 100 goles en 250 partidos, lo que lo convirtió en uno de los máximos goleadores del club. Su excepcional habilidad para encontrar la red incluso en las situaciones más difíciles le valió el apodo de "El Tanque". Fue un delantero temible en su mejor momento, con un disparo potente y una asombrosa precisión.
En 1983, Girotti se trasladó a España para unirse al Real Madrid, donde jugó durante tres temporadas. A pesar de no alcanzar las mismas cotas de éxito que en River Plate, siguió siendo un goleador prolífico, marcando 46 goles en 115 partidos.
Tras su etapa en el Real Madrid, Girotti regresó a Argentina para unirse a Boca Juniors, el eterno rival de River Plate. Sus dos temporadas en Boca estuvieron marcadas por el éxito, ganando un campeonato de liga y una Copa Libertadores.
A finales de su carrera, Girotti jugó en varios clubes menores de Argentina, Brasil y Uruguay. Se retiró en 1996, dejando tras de sí un legado como uno de los mejores goleadores de la historia del fútbol.
Además de su prolífica carrera de clubes, Girotti también representó a la selección argentina en 44 partidos, marcando 17 goles. Fue miembro del equipo que ganó la Copa Mundial de 1986, aunque no jugó en la final debido a una lesión.
Girotti era conocido por su carácter afable y su profesionalidad tanto dentro como fuera del campo. Era un jugador respetado por compañeros y rivales por igual. Tras su retirada, se dedicó a entrenar a jóvenes jugadores, transmitiendo sus conocimientos y experiencia a las generaciones futuras.
El legado de Girotti en el fútbol argentino es innegable. Fue un goleador extraordinario que dejó una huella indeleble en los clubes en los que jugó. Su capacidad para encontrar la red con regularidad lo convirtió en uno de los delanteros más temibles de su época. Es recordado con cariño por aficionados de todo el mundo, que admiran su habilidad goleadora y su ética de trabajo inquebrantable.