En el ajetreado mundo de las entregas a domicilio, Glovo, una popular plataforma de reparto, ha estado bajo escrutinio por su uso de "falsos autónomos". Esta práctica, que implica clasificar a los trabajadores como autónomos en lugar de empleados, ha generado acusaciones de explotación laboral y evasión fiscal.
Los falsos autónomos se encuentran en un limbo legal, donde se les niega los derechos y beneficios que se otorgan a los empleados tradicionales, como el salario mínimo, las prestaciones sociales y la protección contra el despido improcedente. A cambio, se les obliga a asumir los gastos de los equipos, los seguros y los impuestos, lo que reduce significativamente sus ingresos.
El caso de GlovoGlovo ha sido acusado de utilizar falsos autónomos desde sus inicios. En 2021, la Seguridad Social española impuso a la empresa una multa de 267 millones de euros por impago de cotizaciones. En respuesta, Glovo anunció recientemente que abandonaría el modelo de falsos autónomos y contrataría a sus repartidores como empleados.
El punto de vista de los repartidoresLos repartidores de Glovo han expresado durante mucho tiempo su descontento con la clasificación de falsos autónomos. Afirman que a menudo trabajan largas horas por salarios bajos y que carecen del apoyo y la protección que merecen.
"Se aprovechan de nosotros", dijo un repartidor anónimo. "Nos tratan como robots, no como personas".
El argumento de GlovoGlovo ha defendido su uso de falsos autónomos, argumentando que les permite ofrecer servicios de entrega flexibles y rentables. La empresa afirma que los repartidores valoran la flexibilidad y la independencia que ofrece el modelo de falsos autónomos.
"Nuestros repartidores son trabajadores autónomos que eligen cuándo y dónde trabajan", dijo un portavoz de Glovo.
Perspectivas legales y políticasLa práctica de utilizar falsos autónomos ha sido objeto de un intenso debate legal y político. En España, la "ley rider" de 2021 ha dificultado que las empresas clasifiquen a sus trabajadores como autónomos. Sin embargo, Glovo encontró formas de eludir la ley hasta su reciente anuncio de cambio de modelo.
El futuro de los falsos autónomosEl cambio de Glovo hacia un modelo de empleo tradicional es una señal de que la presión sobre las empresas para que abandonen la práctica de los falsos autónomos está aumentando. Otras empresas, como Uber y Deliveroo, también se han visto obligadas a reconsiderar sus modelos laborales.
ConclusiónEl debate sobre los falsos autónomos es complejo, con fuertes argumentos en ambos lados. Está claro que la práctica plantea preocupaciones sobre la explotación laboral y la evasión fiscal. A medida que más empresas se enfrentan al escrutinio legal y político, es posible que veamos una disminución en el uso de falsos autónomos en el futuro.
Mientras tanto, es importante recordar que detrás de las cifras y los debates legales hay personas reales cuyas vidas se ven afectadas por la clasificación de falsos autónomos. Los repartidores merecen ser tratados con dignidad y respeto, independientemente de cómo se les clasifique.