¿Qué diablos ha pasado? ¿Se te ha escapado la vejiga? ¿Has derramado tu bebida? No, para tu horror, te das cuenta de que el charco es mucosidad, ¡y es tuya!
¡Glup! Es el sonido inconfundible de alguien que se ha tragado su propia mucosidad. Es algo desagradable, lo sé, pero créeme, es más común de lo que crees.
La mucosidad es un líquido espeso y pegajoso producido por las membranas mucosas de tu cuerpo. Su función es proteger tus vías respiratorias, digestivas y urinarias de las bacterias, los virus y otras sustancias nocivas.
Aunque la mucosidad es esencial para tu salud, a veces puede ser un incordio. Cuando produces demasiada, puede obstruir tus vías respiratorias y dificultarte la respiración. También puede acumularse en tu garganta, provocando una tos molesta.
Hay varias razones por las que podemos tragar nuestra mucosidad:
Tragar mucosidad ocasionalmente no es perjudicial. De hecho, puede ayudarte a deshacerte de bacterias y otras sustancias dañinas.
Sin embargo, tragar mucosidad en exceso puede provocar problemas como:
Si te preocupa tragar mucosidad excesiva, puedes tomar algunas medidas para evitarlo:
Tragarse la mucosidad es algo común, pero no es algo de lo que sentirse avergonzado. Si te preocupa tragar demasiada mucosidad, puedes tomar medidas para evitarlo.
Así que, ¡no te asustes si oyes un "glup"! Es solo tu cuerpo intentando mantenerte sano.