¡Qué carrera, mis amigos! El GP de Bélgica fue un auténtico festín de emociones, con un final de infarto que nos dejó a todos boquiabiertos.
El líder del campeonato, Max Verstappen, no defraudó. Salió como un rayo desde la pole position y se adueñó de la carrera desde el primer momento. A pesar de un trompo en la primera vuelta, el neerlandés supo mantener la calma y remontar con una maestría impresionante.
La lluvia hizo su aparición en el momento más inoportuno, cuando apenas quedaban 10 vueltas para el final. Sin embargo, Verstappen no se inmutó y, con un impresionante control de su Red Bull, se llevó la victoria.
Pero la carrera no fue solo cosa de Verstappen. El segundo puesto fue para George Russell, que hizo una carrera sensacional con su Mercedes. El británico aguantó a Carlos Sainz, de Ferrari, en una emocionante batalla hasta el final.
La lluvia añadió un toque de imprevisibilidad a la carrera, y los últimos compases fueron de auténtica tensión. Sainz presionó a Russell hasta el último momento, pero el británico supo defenderse con uñas y dientes.
La carrera terminó con un sprint bajo la lluvia, con Verstappen cruzando la línea de meta con una ventaja de menos de dos segundos sobre Russell. Fue un final de infarto que nos dejó a todos con el corazón en un puño.
El GP de Bélgica fue uno de esos grandes espectáculos que quedarán grabados en la memoria de los aficionados a la Fórmula 1. La lluvia, la emoción y el talento de los pilotos hicieron de esta carrera una experiencia inolvidable.
¡Gracias por el espectáculo, pilotos! Hasta pronto, Spa-Francorchamps.