En un partido lleno de emociones y sorpresas, el Heerenveen dio la campanada al derrotar por 1-0 al PSV, el líder de la Eredivisie holandesa.
El gol del triunfo llegó en el minuto 73, cuando Ion Nicolaescu aprovechó un balón suelto en el área y batió a un Walter Benítez que no pudo hacer nada para evitarlo.
El PSV, que llegaba a este partido invicto en la liga, se mostró muy impreciso y poco efectivo en ataque. El Heerenveen, por su parte, supo aprovechar sus oportunidades y defendió con uñas y dientes su portería.
Con esta victoria, el Heerenveen se coloca en la sexta posición de la tabla, mientras que el PSV se mantiene líder, pero ahora con solo un punto de ventaja sobre el Ajax.
El partido fue un claro ejemplo de que en el fútbol no hay nada escrito. El Heerenveen, que llegaba a este encuentro como claro underdog, supo hacer valer su condición de local y dar la sorpresa ante un rival que se confiaba demasiado en su superioridad.
Ahora, el PSV tendrá que reaccionar y demostrar que sigue siendo el favorito para ganar la liga. El Heerenveen, por su parte, tratará de seguir dando guerra y soñar con algo más que la salvación.
En definitiva, un partido para el recuerdo, que nos dejó una gran lección: nunca hay que subestimar al rival, por muy pequeño que parezca.
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