A principios de los 90, era una adolescente que tenía un grupo de amigas un poco más grandes que yo. Ellas me introdujeron en el mundo de la música de una forma que cambió mi vida para siempre.
Íbamos a recitales, escuchábamos casetes y CDs, y hablábamos de música durante horas. Yo estaba fascinada por su pasión y conocimiento, y poco a poco fui descubriendo artistas y géneros nuevos que me apasionaron.
Entre las bandas que me presentaron estaba Man Ray. Su música era diferente a todo lo que había escuchado antes: era una mezcla de rock, pop y electrónica que me cautivó de inmediato.
Pero la voz de Hilda Lizarazu era lo que realmente me llamó la atención. Era una voz única, poderosa, expresiva y capaz de transmitir una amplia gama de emociones.
Las letras de sus canciones eran igual de impresionantes. Eran inteligentes, poéticas y a menudo abordaban temas profundos como el amor, la pérdida y la búsqueda de uno mismo.
Recuerdo especialmente una canción llamada "Amor en Concreto". La letra era una metáfora del amor perdido, y la voz de Hilda transmitía tanta tristeza y nostalgia que me hizo llorar.
Poco después, Man Ray se separó y Hilda comenzó su carrera como solista. Seguí su trayectoria con gran interés, y asistí a varios de sus conciertos.
En vivo, Hilda era aún más impresionante que en los discos. Su presencia en el escenario era magnética, y su voz en vivo era simplemente espectacular.
Los años pasaron y yo me convertí en una adulta, pero mi amor por la música de Hilda Lizarazu nunca disminuyó.
Su música sigue siendo una parte importante de mi vida. Me trae recuerdos de mi adolescencia, evoca emociones profundas y me inspira a ser una mejor persona.
Estoy muy agradecida por haber descubierto la música de Hilda Lizarazu. Es una artista excepcional que ha enriquecido mi vida de innumerables maneras.
Si aún no conoces su música, te invito a que la descubras. Te aseguro que no te arrepentirás.