Cuando Igor Lichnovsky llegó a la Liga MX con Cruz Azul en 2017, pocos sabían quién era. Pero con su imponente presencia, su garra y su liderazgo, rápidamente se ganó el corazón de la afición cementera.
Nacido en Valparaíso, Chile, Igor comenzó su carrera en la Universidad de Chile, donde ganó dos títulos nacionales. Tras una exitosa etapa en Europa, recaló en México y demostró ser un defensor de primer nivel.
Su historia en Cruz Azul es digna de contarse. Llegó en un momento difícil para el club, pero con su pasión y entrega, ayudó a cambiar la dinámica del equipo. Era un jugador intenso, que no daba un balón por perdido y que transmitía confianza a sus compañeros.
En 2018, Lichnovsky fue parte del plantel que rompió una larga sequía de títulos para Cruz Azul al ganar la Copa MX. Su celebración, con lágrimas en los ojos, fue una muestra de lo mucho que significaba para él ese triunfo.
Además de sus cualidades futbolísticas, Igor es una persona carismática y cercana a sus fans. Siempre se mostró agradecido con el cariño que le brindaron y nunca dudó en compartir su alegría y su apoyo con la afición.
Hoy, Igor Lichnovsky sigue jugando en México, pero ahora viste los colores del Necaxa. Sin embargo, su paso por Cruz Azul seguirá siendo un capítulo especial en su vida y en la memoria de los hinchas azules.
Gracias, Igor, por todo lo que nos diste. ¡Eres un ídolo cementero para siempre!