Jese, el niño que no quería crecer
Mi hermano es, sin duda, el niño más peculiar que conozco. Se llama Jese y tiene 25 años. Nunca le ha gustado envejecer, y eso se nota. Todavía usa ropa de niño, juega con juguetes y cree en los Reyes Magos.
Es una persona muy especial, y es que, aunque tenga 25 años, su corazón sigue siendo el de un niño. Siempre está feliz y le encanta jugar. Es muy ingenuo y cree que todo el mundo es bueno.
Yo lo quiero mucho, pero a veces me preocupa. No sé cómo va a enfrentarse al mundo real cuando sea mayor. Es un niño en el cuerpo de un adulto, y eso puede ser peligroso.
Pero, por otro lado, también admiro su capacidad de seguir siendo un niño. Él es feliz así, y eso es lo más importante. Yo no podría ser como él, pero me alegro de que él sea así.
Sin embargo, hay algunas cosas que me molestan de su comportamiento. Por ejemplo, su inmadurez. A veces me avergüenza que actúe como un niño. También me preocupa su falta de responsabilidad. Nunca se toma nada en serio y siempre está metiéndose en problemas.
Pero, a pesar de todo, lo quiero muchísimo. Es mi hermano y siempre estará en mi corazón. Le deseo todo lo mejor y espero que algún día encuentre su lugar en el mundo.