¿José Antonio Narro Lobo: un lobo con piel de oveja?




En el extenso panorama de la política mexicana, José Antonio Narro Lobo es una figura tan enigmática como controvertida. Su trayectoria, marcada por luces y sombras, ha dejado una estela de opiniones polarizadas, algunas que lo ensalzan como un hombre íntegro, otras que lo condenan como un lobo con piel de oveja.
El rector impoluto
Narro Lobo irrumpió en la escena pública como rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) a principios del año 2007. Durante su gestión, se destacó por su talante conciliador y su compromiso con la educación superior. Bajo su liderazgo, la UNAM alcanzó importantes avances académicos y de investigación, consolidando su posición como una de las instituciones educativas más prestigiosas de Latinoamérica.
Al mismo tiempo, Narro Lobo se ganó el reconocimiento por su defensa de la autonomía universitaria y su firme oposición a la intromisión política en los asuntos internos de la UNAM. Su postura le valió la admiración de la comunidad académica y la simpatía de muchos sectores de la sociedad.

Sin embargo, no todo fue miel sobre hojuelas en el rectorado de Narro Lobo. Algunas voces críticas señalaron cierta falta de transparencia en su gestión, particularmente en lo relacionado con la contratación de personal y la asignación de recursos.

El político ambicioso
Tras su paso por la UNAM, José Antonio Narro Lobo se incorporó al Partido Revolucionario Institucional (PRI), convirtiéndose en uno de sus miembros más destacados. En 2012, fue nombrado Secretario de Salud en el gobierno de Enrique Peña Nieto, cargo que ocupó hasta el final del sexenio.
Su desempeño como Secretario de Salud generó opiniones encontradas. Algunos lo elogiaron por su gestión de la pandemia de influenza H1N1 y sus esfuerzos para ampliar la cobertura de los servicios de salud. Otros criticaron su manejo de la crisis de los desaparecidos de Ayotzinapa y su supuesta cercanía a la industria farmacéutica.

En las elecciones presidenciales de 2018, Narro Lobo fue candidato del PRI a la presidencia de la República. Su campaña, basada en un discurso de unidad y reconciliación, no logró conectar con el electorado y terminó obteniendo un magro 4% de los votos.

El legado cuestionado
A pesar de su amplia trayectoria, el legado de José Antonio Narro Lobo sigue siendo objeto de debate. Sus admiradores lo consideran un líder visionario y un defensor incansable de la educación y la salud. Sus detractores, por el contrario, ven en él un político oportunista y un hábil manipulador.
Sea cual sea el juicio que se emita sobre su figura, no hay duda de que José Antonio Narro Lobo dejó una huella indeleble en la vida pública mexicana. Su historia, llena de claroscuros, es un testimonio del complejo y fascinante juego de la política y el poder.