¿Quién iba a pensar que el Torino-Lazio sería el partido más emocionante de la jornada? Desde luego, no yo. Pero ahí estaba, sentado en mi sofá, con los ojos pegados a la pantalla, incapaz de apartar la vista de la acción.
El partido empezó de forma vibrante, con ambos equipos buscando el gol desde el pitido inicial. El Torino se adelantó primero, con un golazo de falta de Belotti, pero el Lazio no tardó en reaccionar y empató gracias a un tanto de Immobile.
La segunda parte fue aún más trepidante. El Torino volvió a ponerse por delante con un gol de Zaza, pero el Lazio no se rindió y empató de nuevo con un gol de Parolo.
El partido parecía abocado al empate, pero en el último minuto del tiempo reglamentario, el Torino consiguió el gol de la victoria gracias a un cabezazo de Aina. El estadio estalló en júbilo y yo salté del sofá como un loco.
Fue una victoria muy importante para el Torino, que sigue luchando por entrar en Europa. El Lazio, por su parte, se queda en la mitad de la tabla, pero todavía tiene opciones de clasificarse para la Liga de Campeones.
Pero más allá de los puntos y la clasificación, lo que más me impresionó de este partido fue la pasión y el espectáculo que ofrecieron los dos equipos. Fue un partido digno de una final y que quedará para siempre en mi memoria.