La inspiradora historia de vida de Michaela DePrince ha cautivado los corazones de personas de todo el mundo. Nacida como Mabinty Bangura en Sierra Leona devastada por la guerra, Michaela enfrentó innumerables obstáculos en su camino para convertirse en una bailarina de ballet de renombre.
Michaela creció en un orfanato, donde a menudo era acosada por su albinismo y sus pies deformados. Sin embargo, su espíritu indomable la llevó a encontrar solaz en la danza.
Un día, cuando tenía solo cuatro años, fue adoptada por Elaine DePrince, una mujer estadounidense que la llevó a vivir a los Estados Unidos. Aunque la transición no fue fácil, Michaela encontró apoyo y amor en su nueva familia.
Michaela comenzó a entrenar formalmente en ballet a la edad de ocho años y rápidamente demostró un talento excepcional. A los 15 años, fue aceptada en la prestigiosa Escuela Jacqueline Kennedy Onassis para Danza.
En 2012, Michaela se unió al Dutch National Ballet, convirtiéndose en la primera bailarina estadounidense en unirse a la compañía. En 2015, hizo historia nuevamente al convertirse en la bailarina principal más joven en el Dance Theatre of Harlem.
A lo largo de su carrera, Michaela ha enfrentado discriminación y prejuicios debido a su origen y apariencia. Sin embargo, se ha negado a dejar que estos obstáculos la definan.
En 2014, publicó su autobiografía, "Taking Flight: From War Orphan to Star Ballerina", que se convirtió en un best-seller.
Michaela DePrince es más que una bailarina; es un símbolo de esperanza y determinación. Su historia ha inspirado a personas de todas las edades a perseguir sus sueños, sin importar los desafíos que enfrenten.
La pasión y la perseverancia de Michaela han allanado el camino para que otras bailarinas de color tengan éxito en el mundo del ballet.
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