¡La espina bífida, un viaje extraordinario!




La espina bífida, una condición que afecta a tantos niños y familias, es un viaje que puede parecer aterrador al principio. Pero mi objetivo es compartir una historia de esperanza, resiliencia y triunfo, transmitida a través de una perspectiva única y personal.

Mi propio viaje comenzó cuando mi hijo, Mateo, fue diagnosticado con espina bífida antes de nacer. El mundo se nos vino encima, los sueños que teníamos para nuestro hijo parecían derrumbarse. Pero decidimos embarcarnos en un camino diferente, un camino de amor y apoyo incondicional.

  • Creíamos en el poder de la intervención temprana, en el amor de nuestra familia y amigos.
  • Nos negamos a dejar que el diagnóstico definiera a Mateo.
  • Y lo más importante, creíamos en él.

El viaje de Mateo ha estado lleno de altibajos, de cirugías y terapias. Ha tenido que superar desafíos que la mayoría de los niños ni siquiera pueden imaginar. Pero a través de todo ello, su espíritu ha brillado con fuerza. Su sonrisa es contagiosa, su risa es música para nuestros oídos.

Mateo es un niño decidido, inteligente y lleno de vida. Le encanta aprender, tocar el piano y montar en bicicleta adaptada. Es un amigo leal, un hermano amoroso y un hijo excepcional. Nos ha enseñado más sobre el amor, la resiliencia y la verdadera alegría de lo que jamás podríamos haber imaginado.

El viaje de la espina bífida no es fácil, pero tampoco es imposible. Con amor, apoyo y una creencia inquebrantable en nuestros hijos, podemos ayudarlos a alcanzar su máximo potencial. ¡Juntos podemos crear un mundo donde cada niño con espina bífida tenga la oportunidad de brillar!

Recordad: la espina bífida no es una sentencia, es un viaje. Un viaje lleno de desafíos, pero también lleno de amor, esperanza y la promesa de un futuro extraordinario.