El fútbol chileno es un hervidero de pasiones y rivalidades, pero ninguna es tan apasionada como la que existe entre la Universidad de Chile y la Unión Española.
Un siglo de historiaLa historia de esta rivalidad se remonta a 1921, cuando ambos equipos se enfrentaron por primera vez en un partido oficial. Desde entonces, han disputado innumerables partidos, tanto en el Campeonato Nacional como en la Copa Chile.
Los clásicosLos partidos entre la U y la Unión Española son conocidos como "clásicos", y son eventos que paralizan al país. Los estadios se llenan de miles de hinchas que alientan incansablemente a sus equipos, creando una atmósfera electrizante.
Rivalidad dentro y fuera de la canchaLa rivalidad entre ambos clubes no se limita al terreno de juego. Los hinchas de ambos equipos son conocidos por su pasión y su ingenio a la hora de crear cánticos y pancartas.
"¡La U es mi pasión, la Unión es mi perdición!" gritan los hinchas azules.
"¡Rojo y blanco, hasta la muerte, Unión Española es mi suerte!" responden los hinchas rojos.
El recuerdo del "Chanchito"Uno de los momentos más míticos de la rivalidad tuvo lugar en 1989. La U necesitaba ganar por una diferencia de dos goles para ganar el título del Campeonato Nacional. Al final del partido, el delantero azul Carlos "Chanchito" Castro marcó el 5-3 que dio el título a su equipo. El recuerdo de aquel gol sigue emocionando a los hinchas azules hasta el día de hoy.
Más allá de la rivalidadA pesar de la intensa rivalidad, también existe un respeto mutuo entre ambos clubes. Los jugadores y directivos suelen abrazar a sus rivales después de los partidos, y los hinchas suelen compartir cánticos y saludos.
"Somos rivales, no enemigos. La fiesta es después del partido", dicen los hinchas.
Un futuro lleno de pasiónLa rivalidad entre la U Española y la Universidad de Chile seguirá viva durante muchos años más. Es una de las rivalidades más apasionadas y emblemáticas del fútbol chileno, y un testimonio del poder del deporte para unir y emocionar a las personas.
¡Que viva el fútbol chileno! ¡Que viva la rivalidad!