Las 7 Palabras




¡Prepárate para un viaje conmovedor a través del tiempo y las palabras! Hoy, te llevamos a un viaje espiritual que te transportará a las últimas horas de la vida de Jesucristo.
En la quietud de la iglesia, nos sentamos en silencio, sumergiéndonos en la solemne atmósfera que envuelve la celebración de las Siete Palabras. Cada palabra, pronunciada desde la cruz, es un eco de amor, sacrificio y esperanza.
Nuestra primera parada es en el Gólgota, donde escuchamos las palabras de perdón: "Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen". La misericordia de Cristo se derrama sobre sus verdugos, ofreciendo una luz de redención incluso en el momento de su mayor sufrimiento.
Avanzamos hasta el mediodía, cuando llega el momento de los ladrones crucificados. Uno de ellos, arrepintiéndose, dice: "Señor, acuérdate de mí cuando vengas en tu reino". Y Cristo le responde con una promesa de paraíso: "De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso".
En la hora novena, Jesús clama con fuerza: "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?" Es un lamento crudo y humano, expresando la soledad y el dolor que soporta. Pero incluso en este momento de desesperación, su fe permanece inquebrantable.
A medida que el sol comienza a ponerse, Jesús dice: "Tengo sed". No es solo una sed física, sino un anhelo profundo por el cumplimiento de su misión y el perdón de sus pecados.
Con la oscuridad envolviendo la tierra, llega la hora de la gran entrega: "Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu". Cristo se somete a la voluntad de Dios, ofreciendo su sacrificio como un acto de amor y reconciliación.
Finalmente, cuando todo parece perdido, Jesús pronuncia sus últimas palabras: "Consumado es". Es un grito de triunfo, declarando que su misión está cumplida.
Cada una de estas Siete Palabras resuena con un significado profundo que nos conmueve hasta el alma. Nos recuerdan el inmenso amor de Dios, su voluntad de perdonar y su promesa de esperanza eterna.
Mientras contemplamos estas palabras, nos sentimos inspirados a reflexionar sobre nuestras propias vidas. ¿Dónde necesitamos perdón? ¿Dónde podemos ofrecerlo? ¿Cómo podemos llevar el mensaje de amor y sacrificio de Cristo al mundo?
Las Siete Palabras no son solo un recuerdo histórico. Son un llamado a la acción, invitándonos a vivir nuestras vidas con compasión, misericordia y esperanza. Que estas palabras bendigan nuestros corazones y guíen nuestros pasos en el camino de la fe.